Proclamada Patrimonio Histórico de la Ciudad de Granada, La Gran Francia es una Joya de la Arquitectura Colonial de Nicaragua.
La primera construcción de lo que sería La Gran Francia se remonta a los primeros años de la existencia de la ciudad de Granada, hacia el año de 1524. Esta edificación, mucho más modesta que la existente, era una vivienda colonial de un piso.
A pesar del incendio sufrido y la casi total destrucción de Granada en 1856 por órdenes del filibustero Norteamericano William Walker, la casona sobrevivió. Con ánimo y espíritu de reconstrucción, La Gran Francia se elevó hacia las alturas con dos plantas y resurgió reconstruída, conservando su estilo y presentando la configuración actual, de la que se ha podido disfrutar desde 1865, fecha aproximada de la reconstrucción de la ciudad incendiada.
La casona debe su nombre a su más famoso habitante, el duque francés, Georges Choisseul Praslin, cuya dramática historia parece sacada de una novela. La historia cuenta que tras asesinar a su esposa, el duque de Praslin, ayudado por el Rey Louis Phillipe de Francia, finge su suicidio y huye a Nicaragua, viviendo en la ciudad de Granada en La Gran Francia.
En el invierno de 1995, tras varios años de abandono, la pared suroeste de la casa se derrumbó completamente. En ese mismo año comenzó la ardua restauración del inmueble, siendo fiel a su auténtico estilo colonial, devolviéndole su majestuosidad original, la cual hoy puede apreciarse en todo su esplendor.